Mi parte de escritor se parece mucho a algún tipo de enfermedad incurable. Hay períodos en los que está ahí, activa a más no poder y apenas me deja dormir, pero cuando encuentro alguna manera de distraerme y dejarla a un lado, pasa a un estado de latencia muy tranquilo, sin dejar nunca que me olvide de ella, pues siempre estoy escribiendo algo.
Este mes pasado, la distracción de turno fue mi nueva computadora, pues estuve sacándole jugo a la tarjeta de video, sin embargo, ha llegado el momento en que esa distracción pierde su efectividad y vuelvo a escribir. *cheesy face*
El motivo para describir este proceso repetitivo, es que en esta ocasión sucedió de manera más súbita que de costumbre y gracias a una serie de coincidencias. (entre ellas un mid-life crisis que me cogió ayer)
Primero, un día en que no tuve Internet, recurrí a secar un poco mi cerebro viendo TV y escuché una frase que en ese momento me movió: "El trabajo duro vence al talento." El porqué, no lo voy a poner aquí, pues realmente sería motivo para otro post, sin embargo, me hizo sentir que no estaba "trabajando duro"; al menos en estos últimos días. Mejor dicho, me hizo sentir que no estaba haciendo nada productivo. Luego, ayer, estaba pensando que talvez todo esto de escribir no está yendo por donde yo quisiera, y que talvez no hay un "por donde" ir después de todo... Eso es algo que suele pasar conmigo; cuando algo que siempre que querido está a punto de pasar (publicar mi primer libro), me doy cuenta de quizá no está sucediendo como yo había querido/soñado, y termino por abandonarlo para empezar de nuevo. Luego, mientras estaba todavía dándole vueltas a aquello, encontré el blog de una escritora futuramente publicada, (Clicky) en donde cuenta la serie de peripecias que tuvo que pasar para llegar a ser publicada; de las cuales, la que más me llamó la atención, fue el que escribiera en total seis novelas, antes de decidirse a publicar la septima (o a de hecho dejar que alguien más la lea).
Esto en principio me orientó a seguir con mi idea de esperar un poco y pleanearlo mejor, pero luego caí en cuenta (leyendo el resto de la historia) que hay muchas diferencias entre su cuento y el mío, principalmente defectos inherentes al hecho de que viva en Ecuador; por ejemplo: No tengo agente; no hay "editoriales reconocidas"... En fin, una serie de inconvenientes sólo superables publicando en el exterior, pero si es esa mi meta, entonces por lo menos voy a necesitar algo con que abofetear a los editores después de tumbar su puerta. ¿Y qué mejor para hacerlo que un libro publicado? Aun si por una editorial pequeña de este país. LA idea es tener algo con que probar mi inherente grandeza.
No estoy de acuerdo con el conformismo, pero si algo he aprendido, es que es mejor golpear a la gente con palabras impresas, que sólo con palabras.
Y bien... ese era el propósito de este post. (Un tantrum más que nada) Espero en los días siguientes poder poner aquí algunos de los escritos cortos que están en mi cuaderno. Más que nada he estado trabajando en mini-biografías de los personajes que van a poblar la historia de Alison, pero también tuve tiempo de escribir un cuento corto y la génesis de una supervillanesa. (sí, a lo marvel) Jeje.
Me despido,
Att. Josh.
"I feel im opening my eyes; and that lack of magic in the air and that cold humming noise in the background and that icy cold embrace... I feel a pen in my hand and the smell of dry ink... I feel im coming back to the real world..."