viernes, septiembre 16

Cuento: El extraño caso de los medios cuerpos

Este es un cuento que dice mucho, pero lo dice a medias.

El extraño caso de los medios cuerpos

Jhon había vivído en aquella ciudad toda su vida, y aunque había servido al pueblo como policía por ya treinta años, nunca en todo ese tiempo había visto algo tan horrible como lo que tenía en frente.

La cálida mañana de agosto hacía que el olor del cuerpo que rodeaban los policías se extendeira varios metros a la redonda. La chica mutilada, medio cubierta con una sábana blanca por los moradores que la habían encontrado, reposaba en lo que parecía ser una laguna de su propia sangre seca.

Jhon peinó su blanca cabellera pensando: "En mis tiempos esto no pasaba..." Él ya había visto el cadaver, pero un oficial más joven, cuyo nombre no podía recordar y que parecía estar más interesado en el morbo del asunto que en buscar alguna pista relacionada al crimen, vociferaba muy cerca de Jhon, buscando le dejaran acercarse y retirar la sábana. Hastiado por la voz chillona del jóven, le hizo gestos a un subordinado para que le dejara pasar.

El muchacho, emocionado como todo jóven por haber ingresado a la fuerza, arregló su uniforme triunfante y vomitó un segundo después de retirar la tela del cadaver. "Dios mio. Dios mio. Dios mio." Repetía entre ataques de tos mientras se alejaba.

lunes, septiembre 12

Artículo: "Ah nofs. Punto y coma."


Aunque normalmente trato de no hacer más de una entrada al día, en esta ocasión voy a hacer un excepción. Pues descubrí (por fin) cómo poner mis cuentos en el mismo blog, pero de manera independientemente a los posts. Una función que aparentemente estaba ya habilitada hace varios años pero por pereza nunca había descubierto. Esto significa que uno de estos días (el menos pensado seguro) voy a darme tiempo para subir acá todos mis textos y en general re-hacer la interfaz actual del blog, de manera que sea más fácil y menos tedioso el buscar un cuento que leer. En fin, con este post estoy probando tambien un nuevo sistema que (debería) actualizar automáticamente Twitter y Facebook cada vez que hago una entrada.

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Este es un artículo que había escrito hace ya algún tiempo pero que no había tenido la oportunidad de subir a ningún lado y nace de una serie de comentarios que suele hacerme la gente cuando escribo (en MSN, e-mails o  videojuegos) que dicen más o menos: "Siempre escribes demasiado serio. Ni siquiera caritas felices usas, pero a ratos te rayas y sí pareces persona."

Básicamente se refieren al hecho de que suelo escribir siempre con signos de puntuación, de manera ordenada y con tíldes, pero que hay veces en las que escribo onomatopeyas que hacen llorar a los miembros de la RAE. Por ejemplo:

Cuento: La persona perfecta

La persona perfecta

- ¡Yo quisiera ser como vos!
- Bien yo no quisiera que fueras como yo.
- ¿Por qué no?
- Porque creo que tú sí mereces ser feliz. Pues verás, ser "como yo" viene con varias páginas de clausulas en letras pequeñitas que nadie se digna nunca en leer.
- O talvez nadie tiene la oportunidad de leerlas antes de aceptar.
- Quizá. A veces quisiera sólo poder decir: "¡Que bonita!" En lugar de: "¡Qué hueca!"
- ¿Y por qué lo haces?
- No lo hago. Simplemente me quedo callado y pretendo ser uno más de esos sordomudos que miran la vida pasar sin hacer nada. Pero el no decirlo no significa que no lo piense... Talvez sólo no quiero lastimar al resto y por eso no hablo mucho. Supongo que en el fondo soy una buena persona, ¿no?
- Una buena persona deja a otros tener sus secretos.
- ¿Y no lo hago?


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