Índigo Carmín
Ella es uno de esos amigos extraños. De esos que te encuentras... o más bien: Te encuentran en un autobus, un avión o un tren. Me senté junto a ella por primera vez en un enero de hace ya varios años, viajando en los asientos más baratos que había, porque no encontré una camioneta que me llevara. Hoy que lo pienso, quizá fue mejor así.
Recorría el pasillo del autobus con esa cara de bobo que pongo siempre que estoy rodeado de extraños. Vaya primera impresión eh... Y el único lugar disponible era junto a ella; aunque la verdad lo primero que vi no fue el asiento vacío, sino su enorme sombrero rojo de ala ancha, con pluma de pavoreal y su piel de zorro al cuello. Supongo que estaba sonríendo, pues cuando me senté junto a ella, levanto la cabeza del zorro y me preguntó: ¿Te gusta?