lunes, septiembre 12

Artículo: "Ah nofs. Punto y coma."


Aunque normalmente trato de no hacer más de una entrada al día, en esta ocasión voy a hacer un excepción. Pues descubrí (por fin) cómo poner mis cuentos en el mismo blog, pero de manera independientemente a los posts. Una función que aparentemente estaba ya habilitada hace varios años pero por pereza nunca había descubierto. Esto significa que uno de estos días (el menos pensado seguro) voy a darme tiempo para subir acá todos mis textos y en general re-hacer la interfaz actual del blog, de manera que sea más fácil y menos tedioso el buscar un cuento que leer. En fin, con este post estoy probando tambien un nuevo sistema que (debería) actualizar automáticamente Twitter y Facebook cada vez que hago una entrada.

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Este es un artículo que había escrito hace ya algún tiempo pero que no había tenido la oportunidad de subir a ningún lado y nace de una serie de comentarios que suele hacerme la gente cuando escribo (en MSN, e-mails o  videojuegos) que dicen más o menos: "Siempre escribes demasiado serio. Ni siquiera caritas felices usas, pero a ratos te rayas y sí pareces persona."

Básicamente se refieren al hecho de que suelo escribir siempre con signos de puntuación, de manera ordenada y con tíldes, pero que hay veces en las que escribo onomatopeyas que hacen llorar a los miembros de la RAE. Por ejemplo:

 
 
Así escribo normalmente:

"Pienso, sinceramente, que hay que ser un verdadero varón para ver MLP; y todavía más varón para comentarlo con el resto."

Así escribo a veces:

"A nofs, encima de altanero; necio."

La verdad es que si uno pone atención a los dos ejemplos, las reglas sintácticas y gramáticas se mantienen en ambos, la diferencia es que me gusta escribir igual que como hablo, y así como al hablar hay diferentes momentos y ambientes, tambien cuando escribo reflejo esas instancias, esto es algo que puedo hacer justamente por la forma "seria" en la que escribo, que no es seria, sino más bien, "correcta". Y de esto es precisamente de lo que habla el artículo a continuación:


Ah nofs. Punto y coma.

Siempre he pensado que el Castellano no es un idioma para describir escenarios, ni vestimentas, ni movimientos, sino más bien: un idioma para TRANSMITIR sentimientos. Un idioma para enamorar, para cantar, para decir con una carta lo mismo que se diría en persona y con el mismo sentimiento. Por ello pienso que una frase BIEN escrita en Castellano puede decir mucho más que su equivalente en Inglés (que hallo más efectivo para describir acciones y materiales).

Sin embargo, el idioma solo no hace maravillas, y es que no hallo manera menos "romántica" de saludar escribiendo que un "k mas ve". Y es precisamente por eso que estas deformacioens lingüísticas juegan a favor de quienes nos preciamos de ESCRIBIR y no de sólo comunicarnos. Pues si el "k onda" se vuelve la norma, un "¿Cómo estás?" se vuelve elegante y suave, no se diga de una elaboración literaria más compleja.

Y es precisamente donde los abuelos se quejan porque ya nadie escribe como se debe, que está la oportunidad para que se revaloren las cartas de amor hechas a mano y con un toque de perfume. Digo esto por experiencia, pues cuando uno empieza a contar historias, se da cuenta de que la coma en el lugar preciso puede hacer suspirar al lector, de tranqulidad o de idilio. Cualidad que se pierde severamente si uno destroza las palabras. Los puntos y las comas nos dan precisamente esas cuerdas de marioneta que pone una carta sobre el lector para hacerle sentir lo que escritor quiere que sienta. ¿Pero qué cuerdas, sino unas podridas y enmarañadas, pueden darnos un montón de palabras a medias y sólo un punto al final (si acaso)?

Resulta que la "identidad" de quien escribe no está en mutilar las palabras y aglutinarlas con otras, sino en utilizar las palabras correctas, en el momento correcto y con el "tempo" correcto. No pienso entrar aquí en una clase de literatura de primer grado para mostrar cuál es la diferencia entre la pausa de un punto y una coma, pero sí pienso decir que escribir una carta es muy similar a escribir una canción. No se trata sólo de las notas, sino del ritmo.

¿Y a mí, qué me importan las cartas si yo uso "El Messenller"?

Me gusta ver a la mensajería instantanea como... ESO "Mensajería Instantanea". Envíar cada mensaje es envíar una carta pequeña. (En mi caso no siempre son pequeñas) Y creo que es por ello que uno siente la misma libertad al escribir en este tipo de clientes que al escribir algo de corazón. ¿Qué evita entonces que le quites la novía a alguien sólamenta hablandole por cart... perdón, por MSN?

Y es que cuando uno aprende a escribir bien (y se aprende escribiendo), se da cuenta de que puede transmitir no sólo palabras con las letras, sino también sentimientos, igual que una canción.

Finalmente está el asunto de las palabras como tales que uno usa, pues bien, el escribir da esa libertad, el poder usar las palabras que uno quiera, existan o no, volviendo a la analogía de la melodía: Las notas están ahí, y uno puede usarlas como quiera, a veces incluso, valerse de artimañas para que suenen ligeramente diferente y se acoplen mejor a lo que se quiere transmitir.

Es por ello que escribo siempre de manera tan acartonada, porque no me gusta hablar sólo con palabras y porque pienso que parte de ser humanos es justamente eso: el poder mostrar con símbolos quienes somos y lo que sentimos...

¿Todavía quieres comprarle un peluche? Escríbele una carta a mano; y a ver cuál le emociona más.

- Josh.

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