lunes, septiembre 12

Cuento: La persona perfecta

La persona perfecta

- ¡Yo quisiera ser como vos!
- Bien yo no quisiera que fueras como yo.
- ¿Por qué no?
- Porque creo que tú sí mereces ser feliz. Pues verás, ser "como yo" viene con varias páginas de clausulas en letras pequeñitas que nadie se digna nunca en leer.
- O talvez nadie tiene la oportunidad de leerlas antes de aceptar.
- Quizá. A veces quisiera sólo poder decir: "¡Que bonita!" En lugar de: "¡Qué hueca!"
- ¿Y por qué lo haces?
- No lo hago. Simplemente me quedo callado y pretendo ser uno más de esos sordomudos que miran la vida pasar sin hacer nada. Pero el no decirlo no significa que no lo piense... Talvez sólo no quiero lastimar al resto y por eso no hablo mucho. Supongo que en el fondo soy una buena persona, ¿no?
- Una buena persona deja a otros tener sus secretos.
- ¿Y no lo hago?


 
- He visto como miras a alguien cuando acabas de conocerlo. Lo desnudas prácticamente, vaya buena persona.
- Eso no es mi culpa, no lo hago a propósito. Es sólo... curiosidad. Curiosidad de vino atada a esta mirada mía; no puedo tener una sin la otra... No serviría una sin la otra...
- ¿Te has preguntado cómo miro yo las cosas?
- Supongo que... Eso es lo único que no puedo ver. Aunque puedo imaginarlo.
- ¿Y?
- Tú ves cosas, lugares, personas, actos buenos y actos malos... Donde yo veo sistemas que desarmar, sitios que explorar, animales vestidos de seda... Cosas que me molestan, cosas que deberían cambiarse y que me atormentan por eso. Pero lo peor no es eso sino la curiosidad. La curiosidad. El querer acercarse a todo ello, el tener esa espreanza de que algo va a ser diferente, creo que eso es lo peor. Porque siempre busco, siempre miro, siempre lo desarmo todo y lo analizo y nunca encuentro aquello que estoy buscando: algo que me entretenga, algo que no sea aburrido, algo que siempre cambie... Por eso quiero conocer otros lugares, saber que están ahí; porque tengo miedo de quedarme sin cosas que mirar sin haber encontrado eso que quiero.
- ¿Y qué tal si nunca encuentras eso que buscas?
- Entonces sabré, un poco tarde, que lo que estaba buscando era el placer de buscar en sí.
- Te vas a demorar mucho.
- No valdría la pena de otra manera. Por eso prefiero que tú sigas siendo como eres. Vive el momento, disfrútalo. Mira las cosas como SE SUPONE que deben ser vistas y no intentes buscarle más patas al gato; así vas a ser feliz y tranquilo. Vas a encontrar un lugar a donde pertenezcas y un compañero (o compañera) con quien puedas disfrutar la vida. Vas a disfrutar los viernes por la noche, vas a poder apreciar la belleza sólo por lo físico, vas a poder desahogarte cuando te sientas mal, vas a crecer para ser un miembro productivo y eficiente de la sociedad; alguien querido, la persona perfecta.
- ¿Y tú?
- Yo... Yo tengo cosas más importantes que hacer.


Joshua P. Aguayo

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